SINOPSIS:En un film de terror es indispensable que el público se sienta incomodo cuando la esta viendo. Esta incomodidad se logra con escenas de suspenso bien logradas, actuaciones que den miedo, sustos que rematen dichas escenas y, dependiendo del tipo de película, escenas que den impresión. Pero cuando una película desde un principio no se toma en serio el género, la risa inminente aparece. En esta película el asesino se ríe, pero la carcajada del espectador es más fuerte. 3 mujeres, 3 historias, un final y un asesino. El argumento relata la historia de tres mujeres, quienes tienen tres diferentes accidentes que concluyen en una misma acción: la locura de un asesino y la venganza de una infancia problemática. Las actuaciones están muy incorrectas. Las tres protagonistas, Laura Breckenridge (Shelby), Katheryn Winnick (Tabitha) y Jessica Lucas (Lisa), en algunas situaciones tienen buenas expresiones, especialmente la protagonista de la segunda historia, pero en general poseen momentos de una sobreactuación increíble y situaciones que son difíciles de que se tomen en serio. Con respecto al asesino, Keir O'Donnell, hace un trabajo desastroso. Su personaje no tiene personalidad y él no hace ningún esfuerzo por lograr algo que lo identifique, salvo por la risa. Tiene momentos muy sobreactuados, principalmente en las primeras escenas y en el espantoso final. En un film de terror es indispensable la figura del asesino o del problema que se plantea, sea un fantasma, un animal o alguna situación paranormal, y en este caso el asesino no parece serlo, parece un nene que quiere cobrar venganza por un hecho que nunca se explica.